sábado, 2 de mayo de 2015

Contrato

por Ángeles Lescano


Yo te advierto una sola cosa, y escuchame bien, Tomás: vos te llegás a poner de novio con otra en este momento, y yo no te dirijo nunca más la palabra. ¿Por qué? ¿Me preguntás por qué? ¡Porque canté pri… carajo! Porque estuve cuando eras una piltrafa. Cuando ibas por la vida arrastrándote y pidiendo clemencia; cuando gritabas a los cuatro vientos que no podías más, mientras tu mirada enrojecía de angustia segundo a segundo. Cuando el vicio apenas te dejaba emitir palabras coherentes, y tus modos no eran precisamente los de un galán seductor. 
Estuve cuando nadie estaba. Si… si, ahí, yo estaba ahí. ¿Estaban esas otras ahí? No. Yo era la que escuchaba esas palabras sin sentido, mientras te desabrochaba la bragueta para consolarte. 
Es mi derecho, Tomás, y me lo gané. Ahora que estás más fuerte, no te vengas a hacer el príncipe Encantador.. porque en parte, fue gracias a mi, y me lo debés. 
¿Amor? ¿Me hablás de amor? ¿De enamoramiento? Qué cosas ridículas me decís… yo no te pido que te enamores de mi, mamarracho, sólo te pido que me sigas la corriente. Para amar estoy yo, y vos tenés que estar conmigo porque te conviene, porque me voy a echar al hombro cualquier problema: los míos y los tuyos, y no te voy a pedir nada más a cambio. Nada. A excepción claro, de que seas mi novio. Yo te voy a traer la comida a la casa, voy a cambiar las lamparitas y el cuerito de la canilla, te voy a cocinar todas las noches… y vos vas a mirar el partido. Y después me vas a hacer el amor. Con qué poquito me voy a conformar, mirá, no te voy a pedir nada. Si después querés ir a fumarte un pucho y no me abrazás, no me importa, yo no te lo voy a pedir. Porque a mi lo único que me va a importar, será saber que vas a estar conmigo. Esa va a ser mi única y mayor satisfacción. Que te vas a olvidar de todas esas chirusas. Cañitas al aire, si, te permito, no me importa. Pero lo que sí, nada de relaciones paralelas. La elegida, la preferida, voy a tener que ser yo, siempre. Y si querés, lo estipulamos por contrato. Así que ya sabés, Tomás. Que vengan, que vengan a hablar conmigo todas esas que quieren algo más de vos… que me las cargo de a una. Me gané el derecho de ser tu novia.


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